Pato Bullrich se comió el amague

Deseosa de implementar su protocolo antipiquete y mostrarse como garante del orden público, desplego un megaoperativo para jaquear la ciudad y fue fácilmente vulnerado. Lección del día: las masas en movimiento son imparables.

[EHM]


El primer paro nacional de la CGT en la era Milei dejo algunas perlitas para analizar. Cosechar el triste récord de ser el gobierno al que más rápido se le hizo una medida de fuerza total, no quedará en la única anécdota a recordar del primer paro nacional y movilización masiva contra las políticas de ajuste.

Desde muy temprano comenzaba la jornada de protestas y Patricia Bullrich se proponía ser la super heroína de la película. Ya desde jornadas previa se paseaba por los medios oficialista advirtiendo a los organizadores de la marcha que implementaría “el protocolo antipiquetes”, que se lo vendió a Milei como una especia de garantía de orden social frente al brutal paquete de ajuste que comenzó a implementar. A partir de hoy, ya nadie en su sano juicio, puede creer seriamente en la efectividad de dicho “protocolo antipiquetes”. Desplego una suma de fuerzas impresionante y desproporcionadas frente a una movilización pacífica y sus logros fueron escasos.
El objetivo principal de Bullrich, era sitiar la ciudad para que los manifestantes no puedan llegar hasta la plaza de los dos congresos. 
Cientos de efectivos fueron apostados en las autovías de acceso a la ciudad a la espera del malón de micros que los transportaría. Fuerzas federales y autoridades de la CNRT tenían como objetivo detener a los micros, requisar a los pasajeros, sancionar a los choferes y secuestrar y transportar las unidades al autódromo de la ciudad de Buenos Aires para que sean retiradas en los días posteriores.

Corrían las primeras horas del día y todo estaba listo, con los retenes desplegados, la ciudad de Buenos Aires era transformada en un domo. Patricia Bullrrich, en constante comunicación telefónica con Milei, estaba convencida que el protocolo era un éxito y la marcha de la CGT estaba en jaque
Para ellos, los manifestantes son acarreados en micros contra su voluntad, como si fuesen ganado, y el pueblo en su conjunto apoya las medidas de ajuste que propone Milei. Si detenían los micros, la marcha estaba desactivada.
Pero las fuerzas del cielo hoy no estuvieron de su lado. Pasaban los minutos y los micros no llegaban a los retenes y todavía los están esperando. Es que los orcos tenían otros planes y en una excelente maniobra de coordinación y organización miles de manifestantes coparon los ferrocarriles metropolitanos decididos a llegar al Congreso y hasta el Ministro bonaerense Gabriel Katopodis se sumó en una de las formaciones.

La burla fue tan fenomenal, que lo único que pudo mostrar Patricia Bullrich sobre el “protocolo antipiquete”, fue el paradójico corte que realizaron las fuerzas federales en el puente Pueyrredón para impedir el cruce del Riachuelo a pie, de una pequeña columna de la UOCRA. Al fin y al cabo, la ministra se transformó en la única piquetera de la jornada.

El protocolo fue burlado y devaluado y la lección esperemos que este aprendida. Cuando las masas del pueblo se ponen en movimiento, no existe fuerza que pueda detenerlas sin que antes hagan sonar el escarmiento.

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