¡Honor y gloria!

 

La configuración de sentido de las frases que se usan para el recuerdo de los acontecimientos históricos, adquieren su importancia en relación a las ideas fuerza que despiertan en el imaginario colectivo, los actores que interpelan y las responsabilidades que adjudican.

Por Leandro Mijaloski*




En el marco del 41 aniversario del inicio de la guerra de la Malvinas, surge un análisis que va mucho más allá de una cuestión semántica o de un mero juego de palabras. Las frases no se quedan solo en la definición etimológica de sus palabras, si no que contienen en sí mismas una carga de sentido y una capacidad explicativa de los procesos. Así es que actúan como promotores de ideas fuerza dentro del imaginario colectivo y de esta forma, pueden establecer responsabilidades o desligar de ellas a distintos sujetos históricos.

Conquista de desierto y no masacre de nativos, nombre de calles y monumentos, las figuras que se eligen para visualizarse en la moneda de un país, son solo algunos ejemplos de cómo las sociedades recuerdan e iluminan ciertos aspectos y dejan de lado mucho otros. La teoría de la linterna propia de los estudios sobre los medios de comunicación, también puede ser aplicada para la interpretación y los relatos históricos. Lo que se deja de contar, lentamente va perdiendo relevancia histórica para caer en el olvido colectivo. Siempre se dijo que los ganadores cuentan la historia, pero no sólo es importante quien la cuenta, sino que también es sumamente relevante como el relato logra interpelar el sentido común y pasar de generación en generación.
El discurso, el relato, el mensaje, deben llegar a lo más profundo del sentido común de una sociedad, lograr su interpelación y de esa manera adquirir el sentido buscado por el emisor.
Cuando sostenemos frases para el recuerdo de los acontecimientos históricos también interpelamos el sentido común de una sociedad y buscamos que se recuerden determinadas facetas de un hecho o periodo histórico. Por ejemplo, la memoria colectiva de la sociedad en relación al 24 de marzo de 1976, no activaría los mismos sentimientos si en vez de recordarse con la frase “Memoria, verdad y justicia”, la recordáramos como “memoria y reconciliación” o como “el día para la unidad de los argentinos”. Seguramente estas frases les gustarían mucho más a ciertos sectores de la sociedad que no se sienten cómodos con el recuerdo de una dictadura atroz de la que formaron parte. Estos sectores también han intentado recordar los acontecimientos de la guerra de Malvinas, distorsionando la totalidad de los hechos, poniendo énfasis en el heroísmo de nuestros combatientes y ocultando las responsabilidades e irresponsabilidades, de una guerra que solo persiguió el objetivo político de consolidar una dictadura, que ya se encontraba fuertemente cuestionada desde la base social.

La expresión “Honor y gloria” con la que más se recuerda la guerra de Malvinas, está lejos de representar un significante vacío, sino que, por el contrario, es rica en contenido desde su aspecto declarativo. Promovió ideas fuerza que, con el tiempo, se han arraigado en el imaginario colectivo de la sociedad. Conceptos como la valentía, el coraje y el patriotismo, quedan abarcados dentro de la expresión “Honor y gloria” y sirvieron para conmemorar a los caídos y a los veteranos de guerra, además de dignificar la lucha desigual a la que fueron sometidos aquellos soldados argentinos.

Además, se debe tener en cuenta que las reivindicaciones históricas pueden perseguir dos finalidades netamente opuestas. Por un lado, pueden servir para sostener la estructura ideológica y cultural de los sectores dominantes de una sociedad, colaborando con la reproducción del orden social. Por el otro, las reivindicaciones históricas, pueden servir como herramienta para enfrentar a los sectores dominantes y servir para el cuestionamiento de su rol en la sociedad. De esta forma, podemos comprender que la matriz ideológica de una sociedad, se encuentra directamente relacionada con lo que ella cree que fue y con lo que elige recordar de su pasado.

Los discursos, los relatos históricos y en este caso, las frases conmemorativas pueden ser analizadas por sus significados tácitos o simplemente por los aspectos que se omiten. En muchos casos la omisión puede ser un significado en sí mismo. En este caso la expresión “Honor y gloria”, es absolutamente acertada desde sus aspectos declarativos, conmemorando la valentía con la que lucharon nuestros héroes, pero se denota incompleta para la interpretación histórica del conflicto del atlántico sur.

La incompletitud de lo simbólico de la frase “Honor y gloria”, esta dada en que solo activa el imaginario colectivo social, para el recuerdo del heroísmo con el que combatieron nuestros soldados, pero no funciona de igual forma para recordar e interpelarnos sobre las responsabilidades de quienes nos llevaron a la guerra.
Así la frase siempre resulto cómoda para los altos mandos militares y el establishment económico que lo sostenía en el poder, ya que representaba un olvido de las responsabilidades que les tocaba como promotores directos del conflicto bélico. La dictadura se encontraba asediada políticamente por el plan económico que implementó en el país desde marzo del ´76 y recurrió irresponsablemente a reconquistar las islas en posesión británica desde 1833.

La visión geopolítica de nuestros altos mandos militares era errada producto de su estricto adoctrinamiento y sometimiento a las directivas de los generales norteamericanos que las impartían desde la Escuela de las Américas. Esto, sumado a la debilidad ideológica de la oligarquía argentina y su amor platónico con la cultura anglosajona, hicieron creer que Gran Bretaña, no respondería con la fuerza a la toma argentina de Malvinas. Este error del minuto 0, condenó el resultado de la guerra, incluso antes de que comenzara. La falta de preparación para la guerra, la falta de acondicionamiento de los equipos, la logística deficiente, la pobre planificación de la defensa de las islas y los errores estratégicos en el campo de batalla de los altos mandos militares, son la consecuencia directa de ese error inicial.

Por ello, la sociedad argentina necesita completar el recuerdo simbólico de los acontecimientos de la gesta de Malvinas. “Honor y gloria” es válido para el recuerdo de nuestros héroes, pero necesitamos incorporar “Memoria”, para echar luz y traer al recuerdo a los responsables de las 649 vidas argentinas perdidas en Malvinas. Una misma frase debe servir para recordar la valentía con la lucharon nuestros soldados, pero al mismo tiempo, tiene que activar la memoria para avizorar la responsabilidad de los altos mandos militares y la oligarquía que los sostenía en el poder, que levaron al país a enfrentar precariamente a la tercera potencia militar del mundo por aquellos años.

Honor y Gloria con nuestros héroes. ¡Memoria con los responsables!

*Licenciado en Ciencia Política (UBA) Comunicación Política y Opinión Pública (FLACSO).

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