Mensaje para argentina: La dolarización de Ecuador y el crecimiento narco

Dolarización en Ecuador. Los efectos no deseados de esta experiencia decretada hace 23 años propician el estancamiento de una economía cada vez más petróleo-dependiente, favorecen el blanqueo de capitales espurios y la irrupción cada vez más violenta del crimen organizado.

[EHM]


La fuga de la cárcel regional de Guayaquil del líder de Los Choneros, una de las principales bandas criminales de Ecuador, José Adolfo Macías, alias Fito, llevó al presidente de Ecuador, Daniel Noboa a decretar el estado de excepción por dos meses a su vez ordenó aplicar el toque de queda y movilizó a las fuerzas armadas. La banda Los Choneros controla el tráfico de cocaína desde el puerto de Guayaquil, facilitado por políticas neoliberales que durante los últimos cuatro años han precarizado y desmantelado los controles del Estado ecuatoriano. El debilitamiento del rol del Estado acompañado de una constante propalación de discursos de odio hacia la dirigencia política viene poniendo en jaque el Estado de Derecho en el país hermano.
Recordemos que 2023 fueron asesinados el excandidato presidencial y tres políticos más, entre ellos, Agustin Intriago, alcalde de Manta y Pedro Briones, dirigente de Revolución Ciudadana, en la localidad de Esmeraldas.
La experiencia dolarizadora de Ecuador, presentada como la solución final de la inflación en Argentina por el presidente Milei, no solo impidió solucionar los problemas de fondo que la generaban en aquel país, sino que los agravó. Al año de haberse implementado la dolarización la economía ecuatoriana siguió teniendo un nivel de incremento de precios del 100% interanual con lo cual, aquellas voces que dicen que la dolarización acaba con la inflación termina siendo una falacia, sobre todo en el contexto de postpandemia donde todos los países están atravesando procesos de incremento en los precios de los alimentos y la energía.

Como si fuera poco, la reducción del déficit fiscal se tornó una tarea imposible de realizar en un contexto dolarizado y hubo que financiarlo con una abultada deuda externa que se transformó en impagable, situación que obligó a renegociarla en 2020.
Actualmente, Ecuador es la nación que posee el nivel de riesgo país más elevado del América Latina, seguido por El Salvador, otro país dolarizado.
La renuncia a la soberanía monetaria en Ecuador dificultó y sigue dificultando la implementación de políticas económicas contra cíclicas que servirían para morigerar el estancamiento crónico de la actividad económica. La dolarización transformó la economía en petróleo-dependiente. Esta “primarización”, hirió de muerte a la industria, la diversificación de las exportaciones y el desarrollo de la actividad económica, disparado la desocupación y los índices de pobreza.

La dolarización, maniató el desarrollo económico de Ecuador y como contrapartida, facilitó, por el retiro del Estado de sus funciones esenciales, el florecimiento del crimen organizado, que vio facilitadas sus operaciones de lavados de dinero por operar en moneda dura y sin ningún tipo de control financiero.

Si además sumamos que Ecuador cuenta con el puerto de Guayaquil, el tercero más importante de América Latina, podemos entender como el narcotráfico transformó a este país tropical y subdesarrollado en un paraíso terrenal para desempeñar sus negocios.

La economía dolarizada es un gran atractivo para el crimen organizado porque resulta más sencillo el lavado de activos provenientes del delito, especialmente del narcotráfico, favorecido por un sector bancario y financiero fuertemente expandido que permite operar a las mafias con cierto grado de impunidad.
Esta singularidad permisiva convirtió a Ecuador de ser uno de los países más seguros de la región al más peligroso de Sudamérica.
El presidente de la nación ecuatoriana, Daniel Noboa, en una entrevista televisiva mencionaba con claridad meridiana cuales eran las razones del avance territorial del narcotráfico en su país:

“Primero, porque no ha habido un control fronterizo real. Porque nuestros puertos están totalmente desprotegidos. Porque estamos DOLARIZADOS, también que es un elemento que ayuda al narcoterrorismo, no tiene que cambiar moneda, es simplemente, entran dólares salen dólares, no hay el rastro cambiario y pues, el Ecuador tiene el tercer puerto de mayor volumen de contenedores en Latinoamérica, entonces es un Estado que se presta, si es que no tiene un control real portuario y fronterizo, a organizaciones narcoterroristas.”

Desde los centros del poder mundial se generan políticas y condiciones macroeconómicas de abultado endeudamiento que conllevan al achicamiento del aparato estatal y el empobrecimiento extremo de los habitantes de estos países, para luego recomendar la creación de un Estado policiaco, idea que termina retroalimentando las condiciones de pauperización e inseguridad creadas previamente, es decir, pobreza, desempleo, violencia política, fronteras porosas, contrabando, tráfico de drogas, blanqueo de capitales y paraísos fiscales.

Hoy Argentina puede mirarse al espejo ecuatoriano para entender y comprender el impacto futuro de las políticas que lleva adelante el gobierno de Javier Milei y su anhelado plan para dolarizar la economía argentina y cerrar el Banco Central, quitándole al Estado de todo tipo de control económico y financiero. Herramientas que, sin duda, harán de nuestro país un nuevo paraíso terrenal para el crecimiento del narcotráfico y el lavado de activos financieros.

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