La preocupante propuesta sobre la venta de órganos de Javier Milei, pone en jaque los valores fundamentales de la sociedad. Pretender crear un “mercado de órganos”, es una práctica que pone en extremo peligro a todos los niños del país, favoreciendo la trata de personas y la comercialización de material anatómico.
[EHM]
La diputada electa, una de las pocas voces autorizas por Macri y por Milei para hacer declaraciones públicas en nombre del espacio, se hizo eco de las declaraciones de Milei cuando hace tan solo un año atrás decía que el mercado de órganos humanos: “Es un mercado más. El problema es por qué todo tiene que estar regulando por el Estado”.
A pesar de los esfuerzos para brindarle la apariencia de racionalidad a la candidatura de Javier Milei, Mondino volvió a retomar la vieja idea de la creación de un supermercado de órganos sin ningún tipo de control Estatal.Para esto, Mondino propone reformar la Ley Justina e implementar un sistema ya existente como es la “donación cruzada”, pero, con carácter mercantil, criterio donde todo en el mundo tiene su precio, incluso el material anatómico humano. Así, solo las personas más adineradas podrían acceder a un órgano humano y poder superar una enfermedad terminal.
Por el contrario, en la donación de órganos no puede haber ningún incentivo económico, porque si lo hubiera, solo sería un beneficio para aquellos pacientes que puedan pagarlo, dejando los avances de la medicina como algo independiente al beneficio social.
No solo la regulación del Estado en esta materia tiene como objetivo primordial el cuidado de los pacientes y los donantes, sino también, que todos puedan acceder de manera equitativa cuando lo necesiten y no cuando tengan capacidad económica para hacerlo.
Además, la propuesta de la libre compra y venta de órganos de Milei puede convertirse en la puerta de ingreso al tráfico descontrolado de órganos humanos a partir del cual se ponga en riesgo de explotación y mutilación a las personas de las comunidades más vulnerables.
Los niños de los sectores más postergados, corren serios riesgos con este tipo de propuesta descabelladas, que se esconden bajo la palabra libertad.Actualmente, la trata de personas constituye una problemática en aumento a nivel mundial y uno de los oscuros objetivos que se encentran detrás de esta aberrante práctica, justamente es la comercialización de órganos.
En tiempos lejanos, hace ya como un mes, cuando primaba la racionalidad dentro de Juntos por el Cambio, la por entonces candidata presidencial de ese espacio, Patricia Bullrich, hacía declaraciones advirtiendo a la sociedad sobre la perversa filosofía que se predica dentro de la Libertad Avanza.
“Esto sale de un autor que se llama “Rothbard”, que Milei lo cita permanentemente. Voy a leer un párrafo para que la gente sepa la filosofía de los autores que lee Milei: [Los padres son propietarios del niño y como tales, pueden donar o vender sus derechos sobre él, en virtud de un contrato voluntario, en suma, en una sociedad libre, puede haber un floreciente mercado libre de niños. Los padres tienen derecho o no a alimentarlos. Pueden dejar morirlos de hambre porque esa es la libertad], expresaba aterrada Patricia Bullrich.
“Esta es la filosofía que estamos viendo, te juro que a mí se me puso la piel de gallina, yo miro a las madres y a los padres de nuestro país y pienso lo que estarán pensando con esta filosofía, añadió Bullrich.Con estas declaraciones Patricia Bullrich alertaba a la sociedad sobre estos postulados y dejaba en evidencia las estrechas relaciones que existen entre las propuestas de venta de órganos y la comercialización de niños. Es claro que ambos constituyen dos patas del mismo modelo de mercantilización humana, a lo que cualquier ser humano de bien debe oponerse contundentemente.
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