El acuerdo anunciado con el FMI para el repago de la deuda contraída por Mauricio Macri, genera una nueva grieta en el escenario político, a partir de las condicionales del organismo expresadas en el entendimiento al que llegaron.
Por Jorge Néstor Juncal*
Las Doctrinas Calvo y Drago
Cierta vez, Argentina fue vanguardia en posturas dignas de un Estado-Nación, se paraba de igual a igual frente a la prepotencia de las naciones más desarrolladas en defensa de sus hermanas repúblicas americanas. El primero en establecer una línea de pensamiento en este sentido fue el gran jurista argentino Carlos Calvo, que sirvió en el Servicio Exterior argentino. En su obra “Derecho Internacional Teórico y Práctico” con motivo de la intervención anglo-francesa en las Provincias del Río de la Plata y la intervención francesa en México había establecido que “el cobro de créditos y las reclamaciones privadas no justifican “de plano” la intervención armada de los gobiernos” refiriéndose a las naciones americanas, porque entre las europeas regia el principio de no intervención por problemas económicos.
Años después, la Doctrina Drago, resultó ser más terminante que la de Calvo, al no admitir el uso de la fuerza en ningún momento ni circunstancia por causa de deudas públicas y otros reclamos. Esta digna postura que adopto el país como propia, tuvo su origen en los hechos acaecidos en Venezuela en 1902. La nación caribeña tenía una deuda pública constituida por títulos especiales de una forma de préstamo internacional, una especie de empréstito donde los tenedores de estos títulos eran en su mayoría italianos, británicos y alemanes. Ante el no cumplimiento de Venezuela a los compromisos asumidos, Italia, Gran Bretaña y Alemania en nombre de los tenedores, intimaron al país con el envío de varias notas para que esta nación observara lo acordado. Al no tener satisfacción a su pedido, las tres naciones europeas enviaron una escuadra naval combinada que se apoderó de la débil armada venezolana, bloqueó y bombardeó varios puertos, como el de Maracaibo, se apoderó de bienes públicos del país, entre otros atropellos, ante la mirada indiferente de EEUU que había dado su “placet” o permiso de intervención, bajo la condición de que estas naciones no ocuparan el territorio venezolano. La actitud compulsiva de las naciones europeas fue repudiada por toda América.
Fue así que anoticiado de los hechos, Luis Maria Drago, ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, le envía una nota al representante argentino en Washington, Martin García Merou, en la que sostenía que la deuda pública impaga “porque una desgraciada situación financiera pudiese llevar a algunos de ellos a diferir el cumplimiento de sus compromisos”, no puede dar lugar a una intervención armada, y menos aún, a la ocupación territorial de las repúblicas americanas por una potencia europea.
La nota de Drago fue encomiada por toda la comunidad latinoamericana y considerada como “Doctrina” en el derecho público internacional a partir de su institucionalización el 21 de diciembre de 1936, cuando la Comunidad Americana reunida en Buenos Aires, la consagró Principio de Derecho Internacional.
Hoy día las potencias u organismos financieros internacionales no se valen de cañoneos, intervenciones armadas u ocupaciones territoriales para reclamar sus acreencias a los países deudores. Las prácticas conminatorias fueron reemplazadas por amenazas veladas de desestabilizaciones bancarias y cambiarias que ponen en jaque la economía de un país de un momento para otro. A simple vista, las prácticas modernas son más efectivas y disuasorias que el cañoneo o la invasión territorial, porque no afectan el sentimiento de nacionalidad de la población, mientras subrepticiamente, mediante tecnicismos persiguen el mismo objetivo, minar la soberanía política y económica de un país.
El huevo de la serpiente
Es de Perogrullo declamar que las consabidas recetas del organismo reducen progresivamente el margen de soberanía en aras del repago de una deuda injusta e ilegítima, la cual condicionará gravemente las condiciones de crecimiento y expansión de la economía por más de una década; años de sufrimiento colectivo lo certifican. Así ha sido con la deuda externa heredada de la dictadura genocida por la naciente democracia alfonsinista, como lo es ahora, producto de la gestión criminal de un gobierno cipayo y vendepatria como lo fue el de Mauricio Macri.
Recordemos que el exmandatario asumió el gobierno en 2015 sin deudas con el FMI y con un bajísimo nivel de endeudamiento, así lo reconoció el propio exministro de economía Nicolas Dujovne en una entrevista televisiva en 2016 diciendo “El gobierno de Cristina nos dejó una bendición, niveles bajísimos de endeudamiento, tanto a nivel del Gobierno, de las empresas, de las provincias y de los municipios".
El exfuncionario fue todavía más allá en sus elogios al reconocer las virtudes de la política de desendeudamiento de Cristina al asegurar: "Dejaron una deuda neta del 20% del PBI, si le sacamos lo que se le debe a los organismos internacionales, es del 16% del PBI. De esos 16 puntos, 8 puntos nominados es en moneda extranjera. Es una deuda muy baja". También fue el mismo Dujovne en 2016, desde su programa de televisión “Odisea Argentina”, que se trasmitía en la señal de Todo Noticias, quien a modo de consigna moral pedía “No volvamos al Fondo”, y fue quien, en un rapto de cinismo y volviendo sobre sus pasos, suscribe el “stand by” criminal con el organismo. Su mansión millonaria del barrio de Belgrano, registrada como “baldío”, resultó ser el escenario propicio para ese maldito acuerdo con Christine Lagarde, entonces titular de la entidad crediticia. Esto no es todo, también hubo connivencia del FMI al no observar su Convenio Constitutivo para la concesión de este crédito inédito en el historial del organismo. Esta singular y flagrante desviación a las normas preestablecidas del FMI, pone en tela de juicio el comportamiento discrecional de sus funcionarios, como también, y en especial, la decisión política del expresidente de EEUU, Donald Trump, quien se valió de su posición dominante de accionista mayoritario para beneficiar electoralmente a su amigo Macri.
El artículo VI del Convenio Constitutivo del FMI establece que "ningún país miembro debe utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital (léase fuga de capitales), y el Fondo podrá pedir al país miembro que adopte medidas de control para evitar que los recursos generales del Fondo se destinen a tal fin". Sin embargo, al final del mandato de Macri en 2019 se habían fugado más de USD 86.000 millones de la Argentina con destino a guaridas fiscales. El organismo diseñó un cronograma de desembolsos con la clara finalidad de financiar la campaña electoral para la reelección de Mauricio Macri, ya que, desde junio de 2018, mes en el que se suscribió el acuerdo con el organismo, éstos se orientaron hacia el blindaje electoral del expresidente y no a resolver los problemas de fondo de la balanza de pagos. Tan es así que, la reconfiguración del cronograma a tan solo 3 meses de la firma en septiembre de 2018, se determinó que casi el 90% de los pagos no se iban a realizar antes de las elecciones primarias de 2019. Mauricio Claver-Carone, quien ocupaba la silla correspondiente al gobierno de Estados Unidos en el FMI había declarado:
Siguiendo expresas instrucciones del expresidente Donald Trump, que el préstamo realizado a la Argentina violando el artículo VI de su convenio consultivo del organismo estaba destinado “para favorecer al entonces presidente Macri en la búsqueda de su reelección”.
La estructura de repago firmada en el acuerdo de 2018 resultó siempre y a todas luces impagable, ya que para el año 2021 correspondía pagar USD 5.072,31 millones (capital + intereses), representando el 45% del total de los vencimientos del año, mientras que el 2022 dicho monto alcanza un total a pagar de USD 18.901,66 millones y en el 2023, USD 19.144,56 millones. Esto demuestra la conjunción de intereses políticos y geopolíticos entre el macrismo y Washington. Estaban claras cuales eran las intenciones, por un lado, el apoyo a Macri para la reelección era explícito e indubitable, y si se lograba con éxito, luego de este objetivo venía la venta a precio vil de todo el patrimonio nacional y la fortuna de los y las argentinas. Si el plan “A” fracasaba, como es que sucedió, a Dios gracias, el plan “B” perseguía el sojuzgamiento económico del país por décadas con la carga de otra deuda espuria. En ambas opciones, se pretendía dejar al Peronismo fuera de carrera, instalando una bomba de tiempo a punto de estallar que favoreciera las chances para que la derecha volviera al poder.
Claves del “entendimiento” con el FMI
Los principales puntos del entendimiento arribado con el FMI surgen del “Comunicado de Prensa N° 22/18” que se puede extractar de la página del organismo. La Declaración del equipo del FMI sobre Argentina, encabezado por Julie Kozack, directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina, detallaron los puntos sobresalientes del entendimiento para un futuro acuerdo con la Argentina:
Acuerdo de Facilidades Extendidas: El acuerdo se formalizará bajo la modalidad de “facilidades extendidas” que establecerá por cada desembolso un período de repago de 10 años, con cuatro años y medio de gracia, sin condicionamientos típicos como reforma laboral, reforma previsional, reforma impositiva o venta de empresas públicas. Los planes sociales mantendrán su vigencia. Las primeras amortizaciones se comenzarán a pagar en 2026 y se extenderán hasta 2032.
Monto del acuerdo: Se novará el préstamo Stand by recibido por el gobierno de Cambiemos de USD 44.500 millones, sin quitas de ninguna especie. Es decir, se transforma una deuda repudiable e ilegítima desde todo punto de vista, por otra que resultará legítima y exigible, que no podrá ser cuestionada. Se prevé que se terminará de amortizar en cuotas hasta 2032, es decir 14 años después de que Macri suscribiera el mega préstamo con el FMI.
Déficit fiscal: El comunicado del organismo utiliza las expresiones “consolidación fiscal” o “sendero fiscal” como “ancla de política clave del programa” el uso de eufemismos para reemplazar el concepto de “ajuste fiscal”. Este será contundente, si nos atenemos a que la meta de llevar el déficit fiscal de 3,4% del PBI para cerrar 2022 con una baja de 2,5%, significarán renunciar a USD 4.200 millones de dólares de nuestro presupuesto. En tanto, en 2023 la meta es lograr una reducción que lleve el déficit al 1,9% del PBI, logrado lo cual totalizaremos al fin de mandato de Alberto Fernandez, un mega recorte de USD 8.920 millones que no irán a salud, educación, salarios ni obras públicas entre otras áreas. Para 2024 se debería bajar un punto el déficit y llevarlo a 0,9% del PBI. Todo pareciera indicar que este acuerdo posibilitaría, en principio, ganar tiempo al despejar el horizonte de los vencimientos para llegar a las elecciones presidenciales de 2023 con un poco de oxígeno, empero no dejan de ser metas que exigirán el esfuerzo de acompañarlas de toda la población. Así lo consigna Claudio Lozano, director de Banco Nación, quien señaló que “el acuerdo compromete un ajuste fiscal para los últimos dos años del mandato de Alberto Fernandez…que solo es factible reduciendo el gasto corriente, justamente el que ya se ajustó en 2021: salarios, jubilaciones y prestaciones sociales.”. El ministro de Economía Martin Guzman dijo que “se logró llegar a un acuerdo sin que haya políticas de ajuste”, veremos si el ministro está en lo cierto.
Revisiones técnicas del organismo: Se llevarán a cabo en forma trimestral hasta el segundo semestre de 2024, totalmente discrecional y arbitrario ya que el artículo 4° del estatuto del FMI establece una sola revisión al año para estos casos. En la práctica se realizarán 10 revisiones en dos años y medio que, nos someterán al tutelaje del organismo y condicionarán al país en el repago de la deuda ante alguna meta incumplida. De la aprobación de cada revisión por el organismo dependerá el giro o pago de cada desembolso, con lo cual, la “espada de Damocles” de un default no fue despejada, muy por el contrario, será una amenaza latente cada tres meses. Por otra parte, el organismo hará su “show off” en cada una de las revisiones y calentará la platea, avivando tensiones cambiarias en la previa a la emisión de su informe aprobatorio o denegatorio del desembolso.
Asistencia monetaria del BCRA al Tesoro: El FMI fiel a su visión ortodoxa de que la emisión monetaria es la causante de la inflación impuso una fuerte restricción en la asistencia del BCRA, al obligar al país a reducir drásticamente del 3,7% del PBI alcanzado en 2021 al 1% para 2022, transformándolo en 0% para el 2024. Esta condición que impone el organismo, además de vulnerar la soberanía económica del país, restringirle facultades como autoridad monetaria al BCRA y secar la plaza de dinero circulante, le ata las manos al Tesoro, dejándolo inerme frente a los inversores ante cada licitación de títulos públicos.
Tasas de interés: El comunicado indica que como parte de un “enfoque múltiple para enfrentar la alta y persistente inflación” se deben “asegurar tasas de interés reales y positivas para respaldar el financiamiento interno y fortalecer la estabilidad.” La exigencia apunta a fijar tasas de interés positivas que sirvan para alentar la demanda de pesos en el sistema, y a la vez, continuar con el control de flujo de capitales y el cepo cambiario. Al parecer los objetivos de “respaldar el financiamiento interno y fortalecer la estabilidad” resultarían loables si no nos detuviéramos a analizar lo ocurrido durante el último año de mandato de Mauricio Macri (2019), la tasa de interés superaba el 63% para sostener el rendimiento real positivo de las Leliqs, hecho que dinamitó las chances de financiamiento crediticio de las pequeñas y medianas empresas y la inflación en lugar de bajar, se ubicó en el 53,8%, una de las más altas de su período de gobierno. Por ello, lejos de que las tasas de interés con rendimiento real y positivo ayuden a morigerar los efectos inflacionarios, resulta un apetecible negocio para los bancos que especularán desde un comienzo, mientras se dificulta el acceso al crédito para la adquisición de bienes durables y, como consecuencia de ello, se generará mayor recesión y menor demanda. Por otra parte, se torna inaccesible el financiamiento para la industria que, a manera de subsistencia, trasladará los mayores costos de financiación sobre los precios, afectando el consumo de las familias. Como corolario de este esquema de tasas altas, se exacerbará la “financiarización” de la economía que impedirá cualquier forma de desarrollo productivo, situación que resultará incompatible con la generación de empleo y la industrialización.
Inversiones en infraestructura, ciencia y tecnología: En principio, se permitiría incrementar el gasto en infraestructura y ciencia y tecnología a fin de acompañar el proceso de crecimiento y desarrollo de las empresas privadas orientadas a la exportación y generación de divisas. El ministro Guzman señaló al respecto: “Va a haber una mayor focalización de los recursos del Estado y una mayor expansión de la inversión pública que tanto necesita la Argentina para generar mas capacidad productiva y para que el sector privado esté en condiciones que den lugar a una actividad más vibrante.”
Reducción progresiva de subsidios a la energía: En ese sentido, el “paper” del organismo asegura que se acordó una estrategia para mejorar la composición del gasto público. El recorte en los subsidios a las tarifas de gas y electricidad, que representan el 2,3% del PBI, serán los recursos inmediatos donde el gobierno pondrá la lupa con miras a la reducción del déficit fiscal. La Secretaría de Energía viene elaborando un plan para segmentar a los clientes y mantener valores preferenciales para los más necesitados. Desde el área de Energía se estima que las tarifas se incrementarán cerca del 20% para todos los hogares, luego con la quita de subsidios a los usuarios que puedan abonar el total facturado, las subas podrían superar el 100%. Demás está decir, que la suba progresiva de las tarifas energética, tal como lo exige el FMI, impactará en los bolsillos de la clase media restándole dinero para consumo y esparcimiento, por ende, también afectará la actividad productiva.
Apoyo financiero adicional de socios internacionales: El FMI señala “También hemos acordado que el apoyo financiero adicional de los socios Internacionales de Argentina ayudaría a reforzar la resiliencia externa del país y sus esfuerzos para asegurar un crecimiento más inclusivo y sostenible.” El organismo da por descontado que el país recibirá asistencia crediticia del Banco Mundial y otras instituciones para financiar proyectos de obras públicas, tampoco se descarta la participación de China, en oportunidad del próximo viaje de Alberto Fernandez, pero también, los DEG no utilizados que el FMI destinó en particular, a las naciones desarrolladas o nuevos acuerdos de SWAPS con naciones como China, Rusia, etc. El FMI nos habilita “a pasar la gorra” al mundo y tomar nuevas deudas que terminarán por “blanquear” una deuda que nació envenenada desde el primer momento, tornándose incierta la situación financiera de la Argentina a mediano y largo plazo.
Resulta difícil de imaginar que, con buena voluntad, a partir de una mayor recaudación, no solo con mayores controles a la evasión, se puedan neutralizar los efectos nocivos de la reducción drástica del déficit fiscal y otras medidas restrictivas acordadas con el FMI. Si el gobierno pretende salir indemne de esta prueba de fuego, no deberá desestimar llevar adelante una exhaustiva investigación sobre cada individuo o grupo económico que haya fugado los USD 86.000 millones del país en fraude a la legislación tributaria vigente, a fin de que este colectivo sea el que, en definitiva, soporte el mayor esfuerzo en cancelar todos y cada uno de los vencimientos, hasta terminar de amortizar esta deuda ilegítima. Todo ello, si se pretende instaurar, según palabras del presidente Alberto Fernandez, un “NUNCA MAS al endeudamiento insostenible”.
Por su parte, los integrantes de la mesa nacional de Juntos por el Cambio emitieron un comunicado en el que expresaban: “Juntos por el Cambio considera positivo este primer entendimiento con el FMI, que evita así un costoso default”. La adhesión de la principal fuerza opositora denota interés en que se legitime la deuda de Macri, y se “pavimente” su camino electoral de cara a la presidenciales de 2023 sea cual sea su candidato o candidata. Mientras tanto, el diputado José Luis Espert, vinculado al empresario Federico “Fred” Machado acusado de presunto lavado de dinero y tráfico de estupefacientes en Estados Unidos, corría estas expresiones de JxC por derecha manifestando que el entendimiento resultaba “una burla” y pedía más ajuste “No pone en orden las cuentas fiscales ni los problemas argentinos. Un programa sin cambios en la legislación laboral, sin reducción de impuestos, sin baja drástica del gasto público populista, terminará en otra estafa de Argentina al FMI.” Toda una declaración de principios en favor del coloniaje financiero internacional, recuerden lo que dijo Cristina horas antes de la asunción de la presidenta Xiomara Castro en Honduras, “cuando no hay Estado aparece el narco”.
Por lo pronto, los puntos del entendimiento deberán ser confirmados en una carta de intención por los titulares del ministerio de Economía y el Banco Central, luego será necesaria la ratificación del Congreso. Acto seguido arribará una misión técnica desde Washington que realizará un informe a fin de que el directorio apruebe el programa y gire el primer desembolso. Se estima que este proceso esté finiquitado antes del 22 de marzo, antes del próximo vencimiento de deuda por más de USD 2.800 millones. Como parte del compromiso del Frente de Todos, es imperioso que cada legislador o legisladora del espacio se someta a un riguroso estudio y análisis de la cuestión, debatiendo a conciencia cada una de las exigencias del entendimiento con el organismo, actuando con responsabilidad y patriotismo, sin aceptar presiones de ningún tipo, haciendo honor a los principios de la Doctrina Drago que distinguen al país como ejemplo de hidalguía ante la prepotencia de los poderosos, de no ser así, terminaremos “tirando la honra a los perros” en el concierto de las naciones o, lo que sería aún peor, malversaremos el porvenir económico de las próximas generaciones.
*Abogado UM
0 Comentarios