La carta de agradecimiento del entonces comandante de la Fuerza Aérea boliviana al embajador argentino, hecha luz sobre las acciones del gobierno de Macri en favor del golpe de Estado contra Evo Morales. Alberto Fernandez mediante misiva oficial se disculpó con Luis Arce. Presunta gestión colaboracionista de Macri, Gerardo Morales y Patricia Bullrich con la golpista Añez.
[EHM]
A partir de allí, los bloqueos de calles, enfrentamientos entre oficialistas y opositores, amotinamiento de unidades policiales, la situación se volvió incontrolable para el gobierno de Evo Morales. El mismo 10 de noviembre, Evo anuncia por la mañana la convocatoria a “nuevas elecciones nacionales que, mediante el voto, permitan al pueblo boliviano elegir democráticamente nuevas autoridades”, pero Luis Almagro, secretario de la OEA, se adelanta y exige la anulación de las presidenciales de octubre y la realización de nuevos comicios. Esto enrarece aún más el clima de violencia y hostilidades a casas de funcionarios. En medio de un cuadro social caótico, las fuerzas armadas y la policía le piden la renuncia al presidente Morales. Finalmente, desde la localidad de Chimoré, Evo renuncia a la presidencia luego de 13 años ininterrumpidos de gobierno.
¿Mauricio Macri, Gerardo Morales y Patricia Bullrich cómplices de sedición?
El golpe de Estado contra Evo Morales, en noviembre de 2019, no solo fue realizado por la oposición de derecha con ayuda de integrantes de las Fuerzas armadas y de seguridad de Bolivia, también lo respaldaron el secretario de la OEA, Luis Almagro, la Unión Europea, Estados Unidos, Colombia y Mauricio Macri desde Argentina. Todos se unieron bajo la misma idea y exigieron un balotaje. Pero al parecer, y respecto al gobierno de Mauricio Macri, no quedó en una expresión de deseos, fue más allá.
La carta enviada por el entonces comandante general de la Fuerza Aérea boliviana, el general de la Fuerza Aérea Boliviana, Jorge Gonzalo Terceros Lara, es la clave para entender que existieron acciones materiales de Mauricio Macri para arribar al resultado deseado. El militar boliviano mencionado le agradece en su carta al embajador argentino del gobierno de Cambiemos, Normando Alvarez Garcia, afiliado a la Unión Cívica Radical, “la colaboración prestada” en el marco del respaldo internacional “debido a la situación conflictiva que vive Bolivia”.
Alvarez Garcia, estuvo a cargo de la embajada Argentina en Bolivia en el período 2016 a 2019, hoy es ministro de trabajo del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Este dato puede disparar un posible involucramiento del gobernador Morales en el acto sedicioso, debido a que estaría tomando el papel de cómplice y protector de un personaje que ejecutó la maniobra para concretar el golpe. La misiva reservada en los archivos de la embajada argentina en La Paz, firmada por Terceros Lara, da cuenta del agradecimiento por “la colaboración prestada a esa institución armada, en el marco del apoyo internacional entre nuestros países, debido a la situación conflictiva que vive Bolivia” y detalla de manera pormenorizada el “material bélico de agentes químicos” recibido:
“40.000 cartuchos AT 12/70”, (cartuchos para escopetas Ithaca con postas de goma), “18 gases lacrimógenos en Spray MK-9” (gas pimienta); “5 gases lacrimógenos en Spray MK-4” (gas pimienta paralizador); “50 granadas de gas CN” (gas lacrimógeno); “19 granadas de gas CS” (Agente químico irritante); “52 granadas de gas HC” (Humo blanco).
En el gobierno de Alberto Fernandez calificaron el hecho como “gravísimo” y señalan que puede traerles consecuencias judiciales para el exmandatario y a otros funcionarios. Todavía está fresco en la memoria, el cónclave golpista celebrado en Purmamarca, provincia de Jujuy, en septiembre de 2019, en medio de una visita de Ivanka Trump, hija del expresidente norteamericano, el líder opositor sindicado por Evo Morales como uno de los impulsores de su renuncia, Luis Fernando Camacho y el propio gobernador anfitrión Gerardo Morales. Así lo confirmó la diputada nacional del partido político boliviano Movimiento Al Socialismo (MAS-IPSP), Alicia Condorí en declaraciones radiales por aquellos días, señalando: “Lamentablemente eso está oficializado, tenemos fuentes fidedignas que allá se ha gestado -el golpe- la hija de Donald Trump (Ivanka), llegó allá a planificar todo ese plan, maquiavélico que han hecho con Bolivia, este asalto, esta dictadura, se ha gestado desde EEUU, a través de la visita a Jujuy” y luego agregó:
“En Jujuy se han reunido y nosotros tenemos toda la información, estamos bien informados y por eso decimos que EEUU, tiene los que han asumido, lo que están ahorita, las supuestas autoridades, ellos son títeres nada más”, aseveró Condorí.
Según trascendidos, el golpe en Bolivia se realizó con dinero de EEUU que la hija de Trump trajo a Jujuy y que Gerardo Morales habría llevado a Luis Fernando Camacho en su viaje a Santa Cruz de la Sierra. Por su parte, el Ministro de Defensa, Agustín Rossi, dio a conocer un registro de la Fuerza Aérea Argentina que muestra en detalle como un avión Hércules C-130 salió del Palomar en “un vuelo partido de la Fuerza Aérea, el día 12 de noviembre a las 23:50 y llegó a La Paz entre las 4 o 5 de la mañana. Se transportaba gendarmes y llevaba un cargamento no identificado”, y agregó “el Golpe de Estado se da el 10 de noviembre. Para concluir el ministro de Defensa afirmó
“Del Ministerio de Defensa el armamento no salió. Pareciese que son todos armamentos antidisturbios” y añadió “No creo que una decisión de esta característica se tome sin la autorización del presidente. Ellos ya sabían que habían perdido las elecciones y que estaban haciendo algo ilegal, lo que hizo Macri va en contra de cualquier tratado internacional”.
El informe también da cuenta que regresó al país con personal de la Embajada argentina en Bolivia. El actual embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, calificó el hecho como “muy grave” y sostuvo a modo de hipótesis que “Está confirmado que si el 12 estuvo ese cargamento en Bolivia, lo prepararon uno o dos días antes, con lo cual Morales todavía estaba gobernando.” De comprobarse esto, quien también estaría en el “ojo de la tormenta” sería la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a la postre, responsable de la fuerza de Gendarmería, y toda la cadena de mandos en actividad de esta fuerza, que estuvo implicada en el golpe a Evo Morales. Ahora queda mucho mas claro, el regalo que le hiciera la Gendarmería como gesto de agradecimiento al finalizar su gestión, un sable grabado con una frase provocadora que lo relacionaba con el “caso Maldonado”, “No voy a tirar un gendarme por la ventana”.
Esta situación, coloca a Mauricio Macri y a otros funcionarios involucrados, como participes necesarios de sedición en Bolivia, por el hecho de preparar y despachar material bélico que el gobierno de facto de Jeanine Añez utilizó para reprimir las manifestantes en defensa del Estado de derecho en el país hermano.
Ese oscuro objeto de deseo: Los Macri y las Dictaduras
Sin dudas, la familia Macri fue una de las prósperas en materia de negocios al calor de la última dictadura cívico-militar. Por aquellos años, Franco y Antonino, habían logrado vincular a través del “Brujo” José Lopez Rega y Licio Gelli de la logia masónica Propaganda Due, a los hombres fuertes de la Marina, los almirantes Emilio Eduardo Massera y Eduardo Fracassi. Fruto de estos valiosos contactos con los mandamases de la dictadura genocida, la “famiglia”, vio incrementar su patrimonio de manera exponencial, mientras el país se desangraba social y económicamente.
Este ascenso vertiginoso del clan Macri en el empresariado nacional, estuvo impulsado por obras públicas de envergadura como su participación en la licitación de Yaciretá de la mano con empresas italianas a las que se vinculaba en Italia a la P2 y la vinculación con empresas constructoras con la mafia; el Puente Posadas-Encarnación, licitación que obtuvo de la dictadura de Alfredo Stroessner con la mediación del almirante Emilio Eduardo Massera; la construcción de las centrales termoeléctricas de Río Tercero y Lujan de Cuyo, con apoyo del gral Guillermo Suarez Mason, “el carnicero del Olimpo” y el contrato con la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires para la recolección de residuos a través de Manliba, acordado con el brigadier Osvaldo Cacciatore, intendente de la dictadura que dejó un legado de autopistas, viviendas mutiladas y desalojadas, plazas de hormigón y un código de planificación aún vigente.
Como si esto hubiera sido poco, la dictadura benefició al grupo Macri con decisiones económicas como la estatización de la deuda externa privada del grupo en 1982, por 170 millones de dólares, y el acceso a 55 millones de dólares en concepto de distintos regímenes de promoción industrial vigente. El contexto económico de “Plata Dulce” en que vivía el país, favorecía la compraventa de empresas a precio de remate, de allí que el grupo se decidió a comprar el 70% de la fábrica de electrodomésticos Philco y luego se asoció con los japoneses de Nec. El grupo Macri se expandió a otras latitudes, haciendo caminos en Colombia, una planta nuclear en Peru, represa en Bolivia y emprendimientos inmobiliarios en Venezuela, México, Brasil y Nueva York. Lo cierto es que, con la llegada del gobierno peronista al poder en 1973, el grupo Macri contaba con siete empresas, finalizada la dictadura genocida, había crecido exponencialmente a un total de 47 empresas.
Ese camino al éxito del grupo Macri fue propiciado por siniestros personajes vinculados a la masonería y a la mafia italiana, entre otros golpistas de tradición y terroristas de Estado y agentes del establishment, todos ellos sirvieron para darle carnadura de emporio, pero no lograron impedir que trasluciera, cual pecado de origen, su perenne mácula “non sancta”.
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