La Vicepresidenta expuso durante la audiencia pública ante el Tribunal Oral Federal 8 en la causa Memorandum con Irán. El tribunal deberá resolver si declara o no la nulidad del proceso. Cristina denunció maniobras persecutorias para perjudicarla a ella y a su familia.
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En su alegato la Vicepresidenta señaló “Estamos acusados de ser encubridores del más terrible atentado terrorista que sufrió nuestro país” y calificó como “un disparate judicial, institucional y político esta acusación”.
Mientras tanto, su exposición era escuchada y vista por más de 20 mil personas a través de la plataforma Zoom en el canal de YouTube del Consejo de la Magistratura.
Manejo político y venganza buitre
Fernández de Kirchner interpeló al tribunal diciendo “El atentado a la AMIA ocurrió hace 27 años, sería bueno preguntarnos donde estaba cada uno de nosotros, los acusados de encubridores” situando en espacio y tiempo a cada uno de los encartados en la causa. Al referirse al excanciller de su gobierno, con voz a punto de quebrarse afirmó “A Timerman no lo tengo presente para preguntarle donde estaba", pero hizo referencia a una noticia que daba cuenta de que dejaba la dirección de la revista Tres Puntos, evidenciando que no tenía trato, ni conocía a los imputados Timerman y Larroque. Muy lejos todavía, podría siquiera haber actuado en coordinación con los mencionados, para encubrir el atentado a la AMIA. Tras este planteo, afirmó que los mismos no tienen “ninguna conexión ni responsabilidad institucional”.
“Uno de los problemas de la impunidad del atentado tiene que ver con este manejo político que se le dio a la causa".
La Vicepresidenta tuvo tiempo para relacionar la causa Memorandum con la articulación del lawfare institucionalizado por Macri durante su gobierno y la ayuda de los Fondos Buitres. A este respecto, la Vicepresidenta vinculó el armado de esta causa con la tensión que hubo entre su gobierno con los fondos buitre, por su negativa a acceder a lo que estos exigían. “El memorándum con Irán no es solo una persecución. Era esto: pagarles lo que querían a los buitres porque después de pagarles a los buitres decían que venía la bonanza. ¡Y pagaron! Lograron sacar el candado para que se pagara. Yo no lo hice. Yo me banqué lo que me banqué y no me doblaron el brazo”.
Luego de este tramo de su exposición, Fernandez de Kirchner mostró una solicitada financiada por la American Task Force Argentina (ATFA) y publicada en diarios de Europa en la que se veía su imagen junto al exmandatario iraní Mahmud Ahmadineyad, y la pregunta en ingles “¿Un pacto con el diablo?”. Resulta obvio admitir la connivencia entre Mauricio Macri y los fondos buitres, estos actuaron en tándem en miras de sus objetivos, uno, para arribar al poder, utilizando electoralmente la muerte del fiscal Nisman para someter a la oposición política, y los otros, para cobrar con exceso a lo reclamado por sobre el 92,4% de los bonistas, quienes habían aceptado el canje del 2010 de la deuda defaulteada en 2001. Un negocio redondo para ambas partes.
Jueces de Atracción
En otro tramo de su alocución, la Vicepresidenta afirmó que los jueces Julian Ercolini y el fallecido Claudio Bonadio eran los magistrados que le tocaban “siempre” en los sorteos de las distintas causas que se iniciaron durante el gobierno de Mauricio Macri. Cristina definió que ambos magistrados actuaban como “jueces de atracción”, asemejando la metáfora al llamado “fuero de atracción” de la legislación civil y comercial. En la jerga judicial a esta maniobra se la conoce como “Forum shopping”. “Eran como jueces de atracción Ercolini y Bonadio, siempre eran esos dos jueces” y luego afirmó “En primera instancia, Ercolini y Bonadio. Si se escapaba algo en primera instancia, estaban Hornos y Borinsky para darme, según ellos, mi merecido. Se preparó al Estado para que en lugar de perseguir el bien común sirva como instrumento de persecución a un determinado sector de la política, de la que yo era la cabeza", sumó la vice. Y bromeó: "Cristina Fernández de Kirchner inaugura una nueva figura jurídica, la de jueces de atracción. Los únicos jueces que me tocaban eran Ercolini y Bonadio". La Vicepresidenta visiblemente emocionada recordó al excanciller Hector Timerman, quien falleció luego que el juez Bonadio le impidiera salir del país para que tratara el cáncer que padecía en Estados Unidos, todo un símbolo de la perversidad que movía a estos personeros del lawfare, que ni la muerte podrá redimirlos.
Antecedentes de una causa armada
En 2015, el juez Federal Daniel Rafecas había dispuesto desestimar la denuncia que fuera presentada por el fallecido ex fiscal Alberto Nisman, sosteniendo de manera contundente en su fallo “ha quedado claro, que ninguna de las dos hipótesis de delito sostenida por el Fiscal Pollicita en su requerimiento, se sostienen mínimamente, la primera (“Comisión de la Verdad”), porque el presunto delito nunca se cometió; y la segunda (baja de las “notificaciones rojas”), porque la evidencia reunida, lejos de sostener mínimamente la versión fiscal, la desmiente de un modo rotundo y lapidario, llevando también a la misma conclusión de la inexistencia de un delito”.
El fiscal Pollicita apeló el fallo del juez Rafecas, luego la Sala I de la Cámara Federal, por dos votos a uno, confirmó la decisión tomada por el juez, es decir, convalidó la inexistencia de delito. El fiscal Federal Germán Moldes, se sumó en arremetida y apeló el fallo ante la Cámara Federal de Casación Penal. Esta Cámara tomó la causa, y a partir de allí será el fiscal Javier De Luca, quien resolvió no impulsar la investigación por no encontrar pruebas de un delito. La Sala I sin siquiera analizar la denuncia, tomó nota del dictamen del fiscal. En resumidas cuentas, esta causa armada, amañada, pasó por siete jueces: Rafecas, los tres jueces de la Sala I de la Cámara Federal (Jorge Ballestero, Eduardo Farah y Eduardo Freiler) y los jueces de la Sala I de la Cámara de Casación (Ana Maria Figueroa, Luis Maria Cabral y Gustavo Hornos). De estos magistrados, todos hasta la Cámara desestimaron la denuncia, y Casación siquiera la analizó, porque no había sido impulsada por el fiscal De Luca.
En su dictamen, el fiscal De Luca sostuvo que “la resolución que desestima una denuncia podría ser considerada como una sentencia definitiva”, es decir que no se podía apelar. Nuevamente, intervino el fiscal Moldes y sostuvo que “con nuevas pruebas la causa podría reabrirse en el futuro”, dejando latente una vía expedita para resucitar una causa que había nacido muerta.
Fue así que los magistrados Mariano Borinsky y Gustavo Hornos de la Sala IV de la Cámara Federal deciden tomar la causa y disponer su reapertura en 2016. Estos camaristas están severamente cuestionados por sus visitas “deportivas” a la Residencia Presidencial de Olivos, cuando Mauricio Macri era presidente y en momentos en que debían resolver sobre la reapertura de la causa memorandum. Cristina no soslayo la oportunidad de señalarlo en su alegato afirmando “Esto es como el rey desnudo. Acá hubo alguien que encontró en un informe de ingreso de (los jueces) Hornos y Borinsky, siempre en coincidencia con las causas, tanto a la Casa de Gobierno como en Olivos. También se descubrió que Borinsky fue a la Quinta de Olivos en 15 oportunidades. Estas visitas habían sido negadas y los informes adulterados”, y luego añadió:
“Un juez que jugaba al tenis con Mauricio Macri no puede ser imparcial ante una causa que me involucra. ¿En serio que quieren hacernos creer que estas causas son legítimas?”
Ante estos hechos de gravedad superlativa, y luego que se escuche a todas las partes, los jueces del TOF8 deberán decidir sobre los planteos de nulidad presentados por las defensas.
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