Clases presenciales. La ministra de educación de CABA sigue estigmatizando y castigando a los docentes de CABA. Descuentos siderales en los recibos de sueldos docentes por adherir a la medida de fuerza.
[EHM]
La Ciudad de Buenos Aires es el distrito más rico de la Argentina, con un presupuesto parecido al de Bélgica y la menor porción de su presupuesto destinado al área educativa, comparado al resto de las provincias. Esto demuestra, pese al esfuerzo “marquetinero” de Larreta, un claro desprecio de su gestión hacia la educación. La puesta en escena de Horacio Rodriguez Larreta, mostrándose preocupado por la educación de los niños y las niñas, yendo presuroso al calor de una Corte adicta en defensa de la educación presencial, no se corresponde con la materialidad de los hechos ni con el trato que su gobierno le dispensa a los educadores en la Ciudad.
Soledad Acuña, la ministra de educación de la CABA, quien supo decir en una videoconferencia el año pasado, con sesgo discriminatorio y una dosis aversión hacia el colectivo docente, que quienes eligen ser maestros son personas “cada vez más grandes de edad” que provienen de “los sectores mas bajos socioeconómicos” con poco “capital cultural”, evidencia a las claras, la inquina que se tiene hacia este sector. Como si esto fuera poco, se lanzó a una virtual cacería ideológica contra docentes que no comulgaran con ella, una suerte de “macartismo” explícito, invitando a los padres a denunciar supuestas “bajadas de línea” en las aulas.
El 28 de mayo el jefe de gobierno Rodriguez Larreta y la ministra de educación Soledad Acuña anunciaron en conferencia de prensa el regreso de las clases presenciales en las escuelas de la Ciudad, después de haber dispuesto, arbitrariamente, prohibir totalmente las actividades escolares que se podrían haber dictado de manera virtual o remota. Nuevamente, el gobierno de la Ciudad decide la vuelta a las aulas de manera presencial cuando la segunda ola de contagios castiga sin piedad el AMBA, y en particular Capital Federal. Los gremios docentes no se hicieron esperar para dar su opinión al respecto, y convocaron a un paro docente para el lunes 31 de mayo en defensa de la salud toda la comunidad educativa, exigiendo al gobierno macrista de CABA:
“El pase de todos los niveles educativos a la virtualidad, la entrega de dispositivos y conectividad para lxs estudiantes y la vacunación de lxs trabajadorxs de la educación”.
Como era de esperar de una derecha recalcitrante, el jefe de gobierno de CABA y su ministra de educación, decidieron descontarle del sueldo los días de paro, que los docentes utilizaron para reclamar que se preservara la salud de sus compañerxs, auxiliares docentes y educandos. La ministra de educación de la Ciudad siendo entrevistada por radio Futurock afirmó que:
“Le damos información, le mandamos maneras de organizarse dentro de la escuela, recomendaciones, repetimos los protocolos para que sean más claros.”, se jactó de decir la funcionaria a modo de excusa.
Además, agregó que el distrito está “dando la vacunación de forma acelerada a medida que llegan las vacunas”. CABA es el distrito que menos vacunó a docentes: apenas el 14%. Luego agregó “si tienen miedo, tratamos de vuelta de resolver desde el diálogo”.
Diálogo pareciera no haber, sino una imposición irracional a hacer lo que quiere el jefe de gobierno arrogándose la facultad de decidir sobre la salud/vida de los educadores, auxiliares y estudiantes. Tampoco resulta una forma de “diálogo”, descontar “ipso facto” del magro sueldo de los docentes por adherir a la medida de fuerza.
Los gremios docentes denunciaron que hubo “descuentos que llegan hasta los 30.000 pesos", cuando un sueldo de Jornada Simple ronda los $ 40.887 según paritaria docente, configurando un total disparate.
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) advirtieron que “Utilizan el salario como forma de disciplina y mienten porque el Ministerio de Educación no cita a los gremios a ninguna reunión”, el dialogo del “garrote”.
Pero, Acuña muy suelta de cuerpo asevera que “Las escuelas no contagian y eso lo decimos nosotros, Nación y los expertos. Nosotros tomamos la decisión de tener las escuelas abiertas sin que se movilice tanta gente. No creemos que sea justo asignarle la muerte de docentes a la presencialidad. La tasa de contagiosidad en las escuelas es bajísima y eso se tiene medido” y afirmó que “desde que comenzaron las clases el nivel de contagios en escuelas y transporte público es muy bajo. Las familias no usan el transporte público en el nivel primario.”
La semana pasada la ministra de educación había admitido que desde febrero se registraron 11.700 contagios en los colegios y 3200 burbujas rotas en los últimos tres meses, muestra a las claras que el nivel de contradicción la supera. También indicó que “las familias que no quieren ir a la escuela por miedo se las invita a ver los protocolos” y aclaró que “No computamos la falta, no quitamos la vacante y les damos las herramientas.”
Tal vez la funcionaria comparta con su mentor la idea absurda de pretender doblegar al virus a “decretazo” limpio, sin antes poner en la balanza la seguridad sanitaria de todos. Lo cierto es que con mas del 80% de ocupación de camas UTI y tasas de fallecidos superiores a Reino Unido, EEUU e India, la Ciudad de Buenos Aires se apresura a anunciar la vuelta de las clases presenciales. Ayer, el gremio docente UTE realizó una caravana y homenajes en las puertas de las escuelas donde trabajaban las y los 18 docentes que murieron por Covid, y otra caravana a la jefatura de gobierno de CABA.
El distrito atraviesa un momento crítico en materia de sanitaria, y tanto la vida como la salud de la comunidad educativa no debiera jugarse en clave electoral, ni puestas en rehenes de apetencias políticas.
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