Este año el pueblo volverá a expresarse a través de las urnas. En esta ocasión para elegir los representantes en el Congreso Nacional y reconfigurar la correlación de fuerzas dentro del mismo. Hacemos un repaso sobre ¿qué elegimos, cuántos elegimos y qué pone en juego cada fuerza política?
Por Leandro Mijaloski*
Este año se llevarán a cabo las elecciones conocidas popularmente como “intermedias”. Son llamadas así, porque tienen la exclusiva misión de renovar parcialmente solo las autoridades del Poder Legislativo Nacional, en medio de un mandato presidencial. Si bien estas elecciones no inciden institucionalmente en el Poder Ejecutivo, en los hechos adquieren suma importancia como instrumento de rendición de cuentas frente al electorado. Así, los resultados de dichas elecciones suelen ser interpretados como “premio o castigo” a la gestión llevada a cabo por el gobierno de turno.
Los objetivos de las principales fuerzas políticas en una elección intermedia son: la consolidación de mayorías legislativas que aumenten la gobernabilidad, en el caso de las fuerzas oficialistas, o forzar negociaciones y concesiones en el caso de las fuerzas opositoras.De manera, las elecciones legislativas de este año servirán para redefinir las correlaciones de fuerza dentro del Congreso Nacional, ya que se renovarán la mitad de los Diputados (127 escaños) y un tercio de la cámara alta (24 Senadores). La renovación por mitades de la cámara de Diputados facilita la formación rápida de mayorías legislativas. En cambio, la elección por tercios de los Senadores responde a la duración de 6 años de sus mandatos. La extensión de los mandatos, sumado al concepto de representación federal de las Provincias y al sistema mayoritario que rige la elección de los senadores, hacen que la cámara alta se constituya en un órgano más conservador y estable a los cambios de simpatías y apoyos del electorado. Conformar mayorías y obtener quorum propio en la Cámara de Senadores, siempre resulta una tarea más difícil y requiere mucha negociación con las provincias.
Desde la llegada de Alberto Fernández a la presidencia, el Frente de Todos tuvo mayoría en el Senado, con 43 bancas se garantizó el quorum propio y la aprobación de los principales proyectos. En las próximas elecciones el FDT deberá renovar 15 bancas en el Senado, una tarea nada fácil, teniendo en cuenta que algunas de las provincias que elegirán Senadores son territorios hostiles al oficialismo. Por esta razón, el principal objetivo del oficialismo es sostener el quorum propio que se alcanza con 37 Senadores y así, aun perdiendo en algunas provincias, podría sostener una mayoría garante de la gobernabilidad del presidente.
Las Provincias que renovarán Senadores este año son Catamarca, Chubut, La Pampa, Santa Fe y Tucumán, en las cuales el Frente de Todos tiene mayores chances de tener buenos resultados. Pero también renovarán Córdoba, Corrientes y Mendoza donde el oficialismo se conformaría con ser segunda fuerza.
Todas las Provincias eligen 3 Senadores con un sistema mayoritario que le otorga 2 escaños a la primera fuerza política y 1 a la segunda fuerza.
Por otro lado, Juntos por el Cambio tiene en la actualidad 29 bancas y pondrá en juego 9 de ellas en las próximas elecciones. Los objetivos que se plantean son sumar más bancas y forzar la pérdida del quorum propio del oficialismo.
En tanto en la Cámara de Diputados el panorama es un poco más complejo, desde el 10 de diciembre del 2019 el Frente de Todos no tiene mayoría propia suficiente para alcanzar el quorum necesario de 129 Diputados. Ostenta en la actualidad 119 bancas de las cuales pondrá en juego 50. Por ello, el Frente de Todos, durante los primeros dos años de gobierno, tuvo que negociar y modificar la mayoría de los proyectos para intentar conseguir el apoyo de los bloques chicos necesarios para alcanzar el quorum. Así, negoció los proyectos con el Interbloque Federal, que conduce “Bali” Bucca; el Interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, encabezado por el diputado mendocino José Luis Ramón y el monobloque de Alma Sapag del MNP (Movimiento Popular Neuquino).
Por otro lado, Juntos por el Cambio posee actualmente 115 bancas en Diputados (26 por el PRO, 26 por la UCR, 7 por la Coalición Cívica y 1 por el Frente Cívico y Social de Catamarca), de las cuales pondrá en juego 60 en las próximas elecciones.
Los bloques chicos en diputados, son los que más van a arriesgar representatividad. El Interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, que lleva adelante el mendocino José Luis Ramón, arriesgará 4 de sus 6 bancas; del mismo modo, el Interbloque Federal, que encabeza Eduardo “Bali” Bucca renovará 7 de sus 11 escaños y el Movimiento Popular Neuquino pondrá en juego la única banca que ostenta Alma Sapag.
Por otro lado, Juntos por el Cambio tiene en la actualidad 29 bancas y pondrá en juego 9 de ellas en las próximas elecciones. Los objetivos que se plantean son sumar más bancas y forzar la pérdida del quorum propio del oficialismo.
En tanto en la Cámara de Diputados el panorama es un poco más complejo, desde el 10 de diciembre del 2019 el Frente de Todos no tiene mayoría propia suficiente para alcanzar el quorum necesario de 129 Diputados. Ostenta en la actualidad 119 bancas de las cuales pondrá en juego 50. Por ello, el Frente de Todos, durante los primeros dos años de gobierno, tuvo que negociar y modificar la mayoría de los proyectos para intentar conseguir el apoyo de los bloques chicos necesarios para alcanzar el quorum. Así, negoció los proyectos con el Interbloque Federal, que conduce “Bali” Bucca; el Interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, encabezado por el diputado mendocino José Luis Ramón y el monobloque de Alma Sapag del MNP (Movimiento Popular Neuquino).
Por otro lado, Juntos por el Cambio posee actualmente 115 bancas en Diputados (26 por el PRO, 26 por la UCR, 7 por la Coalición Cívica y 1 por el Frente Cívico y Social de Catamarca), de las cuales pondrá en juego 60 en las próximas elecciones.
Los bloques chicos en diputados, son los que más van a arriesgar representatividad. El Interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, que lleva adelante el mendocino José Luis Ramón, arriesgará 4 de sus 6 bancas; del mismo modo, el Interbloque Federal, que encabeza Eduardo “Bali” Bucca renovará 7 de sus 11 escaños y el Movimiento Popular Neuquino pondrá en juego la única banca que ostenta Alma Sapag.
Teniendo en cuenta que estos bloques muchas veces se desempeñan como aliados del oficialismo, su desempeño electoral también va a afectar la posibilidad de alcanzar mayorías por parte del Frente de Todos.También el Frente de Izquierda pondrá en juego todo su capital político, tendrá que renovar las bancas de Nicolás del Caño y Juan Carlos Giordano ambos representantes de la provincia de Buenos Aires, una tarea que no parece nada fácil para una fuerza electoral cuyo primer objetivo es pasar el piso de las paso, para poder competir en las elecciones generales.
A la cámara de Diputados todas las provincias hacen su aporte, en cada turno electoral, de acuerdo a la población de cada una. De esta manera, la provincia de Buenos Aires, es la de mayor peso electoral, aporta 35 Diputados, le sigue la Ciudad de Buenos Aires que aporta 13 escaños, Santa fe y Córdoba 9 bancas cada una, Entre Ríos y Mendoza 5 representantes cada una y Tucumán y Chaco con 4 legisladores cada una. Además, Corrientes, Misiones, San Luis, San Juan, Santiago del Estero, Catamarca, Salta, Jujuy, La Pampa, Neuquén y Santa Cruz elegirán tres Diputados. Y por último, Formosa, La Rioja, Río Negro, Chubut y Tierra del Fuego, renovarán dos escaños cada una.
Todos los Diputados se eligen conformando cada provincia un distrito único y aplicando un sistema proporcional, donde cada fuerza política obtiene las bancas, en relación al caudal de votos conseguido. Así mismo, para la distribución de las bancas entre las fuerzas políticas, se aplica la formula matemática D' Hont. Esta formula garantiza la proporcionalidad en aquellos distritos donde se disputan un número considerable de escaños. Por el contrario, en las provincias que se eligen pocos representantes, puede funcionar en la práctica, como un sistema mayoritario donde una fuerza política puede quedarse con todas las bancas en disputa, dejando sin representación parlamentaria a segundas o terceras fuerzas.
Así las cosas, el año electoral recién comienza, todavía falta mucha "rosca" y definición de nombres, pero lo que esta claro, es que pandemia mediante, las urnas darán una vez más su veredicto y reconfigurarán las relaciones de fuerza dentro del Congreso de la Nación.
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