El Servicio de Hidrografía Naval fondeó una boya en el inicio del Canal, y procedió a notificar a Uruguay que se iniciarán acciones de navegación en la zona.
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También se autorizó al Servicio de Hidrografía Naval a realizar los avisos pertinentes para los navegantes que cursen el Río de la Plata. Actualmente, todas las cargas marítimas son transportadas a través del Canal Punta Indio, que en su tramo extremo se recuesta sobre la costa uruguaya del Río de la Plata, con evidente beneficio económico para el país vecino; de allí la importancia de utilizar el Canal Magdalena, a partir del punto denominado El Codillo, y así poder reclinar todo el transporte fluvial y marítimo sobre nuestra costa bonaerense.
La implementación de esta medida a través de los organismos mencionados anteriormente, además de interpretar la voluntad política del Gobierno nacional respecto al tema, es de una relevancia estratégica importante que le otorga a la Argentina los siguientes beneficios:
Se pone en plena ejecución el acuerdo celebrado por la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner en 2015 en el marco de la Comisión Administradora del Río de la Plata, donde se decidió que todas las exportaciones que vinieran por el Río Paraná debían desembocar en el Canal Magdalena bajo estricto control nacional.
El Canal Magdalena es el canal de vinculación natural entre el litoral marítimo y el fluvial argentino, el cual resulta prioritario para fomentar el desarrollo económico de la Patagonia y la Provincia bicontinental de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, además de ser geoestratégico para el control y fiscalización del Atlántico Sur.
Se evita el fondeo en zonas cercanas al puerto de Montevideo a la espera de autorización para emprender su navegación a destino, lo que hace demorar el ingreso a la red troncal por la densidad del tráfico que, según la época del año, los retrasos insumen entre 3 y 16 días, y en casos aislados hasta 30 días.
Se alivia los costos derivados del fondeo de los buques por las demoras que se ocasionan en el puerto de Montevideo.
Se genera un ingreso de divisas genuino al país por bienes y servicios que se prestarán a los buques en puertos nacionales del orden de los 100 a 150 millones de dólares.
Permite una salida directa hacia el litoral marítimo argentino con una menor longitud que la alternativa de navegar por el Canal Punta Indio, acortando tiempos y distancias hacia los puertos de Quequén y Bahía Blanca, utilizados en el completamiento de buques graneleros para los productos agroindustriales.
Descongestiona el Canal Punta Indio, con beneficio para las cargas argentinas que operan con los puertos del litoral fluvial y provienen o se dirigen hacia los puertos de Brasil, Lejano Oriente y Europa.
La medida beneficia principalmente al Puerto de La Plata, que deberá ser puesto en valor llevándolo a 47 pies de calado, medida que lo convertirá en un puerto ultramoderno adecuado a las necesidades comerciales de los próximos decenios, reduciendo considerablemente el costo de flete de nuestras exportaciones.
A partir de esta medida, y en sucesivas etapas de ejecución del Canal, éste podría profundizarse mediante tareas de dragado, a valores compatibles con la tendencia mundial del tráfico de buques portacontenedores. En estos momentos, el Canal Magdalena posee una profundidad natural de 15 pies, por lo cual para ser utilizado en el comercio internacional requiere un dragado de apertura que lo lleve, como mínimo, a una profundidad de 34 pies, para igualar la capacidad de tráfico del Canal Punta Indio.
Uno de los impulsores de la habilitación del Canal Magdalena fue el vicecanciller argentino Pablo Anselmo Tettamanti, a instancias de su primo, Horacio Tettamanti, ingeniero naval y ex subsecretario de Puertos y Vías Navegables durante el gobierno de Cristina, gran promotor de la medida, en momentos en que se discute la nueva licitación del Sistema de Navegación Troncal, comúnmente llamada Hidrovía Paraná Paraguay. Por lo pronto, el titular del Ministerio de Transporte, Mario Meoni, tomó la decisión de que se licite por un lado la concesión de la Hidrovía, hecho que todavía genera escozor y profundo debate interno en sectores del oficialismo, y por el otro, la creación de la Unidad Ejecutora Canal Magdalena para las obras de dragado y balizamiento, que a partir de la señalización se marca un hito hacia su concreción.
Por su parte, la Delegación Argentina ante la Comisión Administradora del Río de la Plata (C.A.R.P.) ha procedido a notificar esta novedad a la República Oriental del Uruguay que se llevarán adelante operaciones de navegación, según lo convenido oportunamente ante dicho organismo binacional. De esta manera, el Gobierno nacional estableció una señal de aguas seguras o de recalada, para su navegación con calados compatibles con sus profundidades naturales, hasta que se adjudique la concesión para obras de dragado y balizamiento que requerirá el ingreso de buques transoceánicos.
La decisión del Gobierno nacional demuestra como hecho inequívoco, la viabilidad del proyecto Canal Magdalena, con estudios técnicos aprobados y partida presupuestaria asignada, el cual, no solo aportará significativas ventajas para nuestro comercio exterior que impactarán positivamente en el tráfico fluvial y marítimo, sino también, favorecerá el ingreso de recursos genuinos que hoy le son negados al País.
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