La entidad asiática nacida a instancias de China ya financió 138 proyectos de infraestructura. Argentina ingresa formalmente al BAII en busca de financiamiento en obras públicas, tan necesarias para crear nuevas fuentes de trabajo y vincularnos comercialmente con el gigante asiático en el marco de la “Nueva Ruta de la Seda”.
Por Jorge Néstor Juncal
Este miércoles la Cámara de Diputados aprobó el acuerdo constitutivo del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), que habilita el ingreso de Argentina a dicha entidad crediticia por 235 votos afirmativos y 4 negativos, dando sanción definitiva para este ingreso en el marco de la sesión en la que se debate el proyecto de Presupuesto 2021. Anteriormente la Cámara Alta había aprobado la iniciativa por unanimidad (69 votos afirmativos), la cual responde al Acuerdo Constitutivo del BAII, suscripto el 29 de junio de 2015 por sus miembros fundadores en Beijing, China. Recordemos que el ingreso al organismo había sido acordado por Cristina con el gobierno Chino, en ocasión de su visita a Beijing, a comienzos de 2015. Nuestra Vicepresidenta es quien lleva adelante la relación con China para sumar a la Argentina a la “Nueva Ruta de la Seda”, que comprende una serie de inversiones en infraestructura, con visión estratégica de largo plazo, que vincularán al gigante asiático con Europa, Medio Oriente, África y ahora también América Latina. Mediante la iniciativa parlamentaria de ingreso al Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII), se autoriza al Banco Central de la República Argentina (BCRA) a suscribir hasta 50 acciones de capital, cuyo valor nominal es de 100.000 dólares cada una, correspondientes a la suscripción admitida por el BAII para la adhesión de un país miembro. Del total a suscribir, 40 acciones corresponden al capital exigible, equivalentes a cuatro millones de dólares; en tanto, las 10 acciones restantes, al capital a integrar, equivalentes a un millón de dólares. Así también, se autoriza al BCRA a realizar pagos que resulten necesarios para cumplir con los compromisos del acuerdo de adhesión al BAII. El presidente chino Xi Jinping fue el impulsor del BAII en 2014, logrando la adhesión de países como Reino Unido, Francia, Alemania, España, Rusia, Italia, Bélgica Ucrania y Corea del Sur, pero con destacadas ausencias de Japón y Estados Unidos. En Sudamérica, Ecuador y Uruguay ya son miembros del BAII, y los países que han solicitado su ingreso son Bolivia, Chile, Perú, Venezuela y Brasil. La institución asiática comenzó a operar en enero de 2016, a instancias de la República Popular China, y actualmente, cuenta con 102 miembros de distintas regiones del mundo. Desde su fundación, el BAII ha financiado 138 proyectos de infraestructura, entre proyectos finalizados y proyectos en proceso, por un monto que alcanza los 31 mil millones de dólares. El BAII ofrece financiamiento soberano (a países), sub soberano (provincias, por ejemplo), y no soberano (directamente a empresas) para proyectos de infraestructura a través de distintos medios, sobre todo préstamo, pero también inversiones de capital (incluso a través de acciones de empresas, siempre que no lleguen al control de las mismas), y garantías. Los sectores en los que invierte esta institución financiera son energía, transporte, telecomunicaciones, infraestructura en áreas rurales, desarrollo agrícola, desarrollo urbano, abastecimiento de agua, servicios sanitarios, protección ambiental, logística, entre otros.
La BAII es una institución financiera multilateral que persigue el fomento del desarrollo económico sustentable, crear riqueza y mejorar la conectividad en infraestructura, promoviendo la cooperación regional con instituciones multilaterales y bilaterales de desarrollo. El titular de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, Jorge Taiana del “Frente de Todos” señaló:
“A los argentinos que venimos de una situación compleja y de lograr un extraordinario acuerdo con los bonistas, que nos da un respiro, tener acceso a bancos con bajas tasas sin condicionalidades para financiar el desarrollo es un elemento muy importante.”
La pandemia “macrista” nos legó una desocupación que superó el 12% de la población, un universo de más de 240 mil puestos de trabajo destruidos por el cierre de 24.505 pymes, las cuales fueron azotadas por un esquema económico especulativo con tarifas de servicios públicos confiscatorias. Recrear el entramado productivo argentino, es más que prioritario en estas circunstancias, el país necesita “como el agua en el desierto” de financiamiento externo para obras de infraestructura que impliquen, no solo dar respuesta inmediata al déficit ocupacional existente, sino también, un mejor relacionamiento con el enorme mercado chino.
“Siempre he considerado perjudicial el capital que pretende erigirse en instrumento de dominación. Lo considero, en cambio, útil y beneficioso cuando veo elevar su función al rango de cooperador efectivo del progreso económico del país.” Juan D. Perón 6-IX-1944
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