Oposición irresponsable

A causa de pandemia de Covid 19 la Argentina no solo vive cambios económicos, sociales y sanitarios, sino que también experimenta cambios políticos importantes. Un sector de la oposición parece no estar a la altura de la circunstancia

Por Leandro Mijaloski (Politólogo UBA-FLACSO)

La irrupción del coronavirus  ha provocado importantes cambios en la política Argentina que merecen la pena ser analizados. Con la confirmación del primer caso de Covid 19 el 3 de marzo, la realidad de la sociedad Argentina cambio drásticamente. La amenaza considerada en un principio lejana, ahora se nos hacia golpeando la puerta de nuestro hogar. El distanciamiento social, de la mano del miedo, vino a modificar las costumbres de una sociedad caracterizada por los encuentros familiares y la cercanía entre las personas. Esta primera etapa de la enfermedad en el país, sorprendió a todos con una importante  muestra de cohesión y unidad de criterio de la clase política argentina.  El temprano  anuncio de la cuarentena  el 20 de marzo nos regalaba una postal política impensada hasta el momento.  Alberto Fernández daba el anuncio respaldado por Axel Kicillof (kirchnerismo), Horacio Rodríguez Larreta (Pro), Omar Perotti (Peronismo de los Gobernadores), y Gerardo Morales (UCR).  Una verdadera muestra de madurez política de la clase dirigente argentina.  Esta primera etapa transcurrió con una comunicación homogénea y un llamamiento a la responsabilidad social de parte de los principales medios de comunicación. El “quédate en casa” dominaba la agenda.

Esta madurez política sumado al control logrado en la velocidad de replicación de la enfermedad, tuvieron su correlato en el aumento significativo de la imagen de todos los líderes políticos con responsabilidad de gestión.  Este aumento  fue en detrimento de la imagen de los políticos “sin territorio”. Aquellos dirigentes  que perdieron las elecciones el año pasado y se quedaron sin territorios para gestionar, veían día a día la caída de su imagen en relación directa con el aumento de la imagen de los líderes con cargos ejecutivos. Aquí encontramos el motivo por el cual un sector de la oposición comenzó a migrar hacia la anticuarentena. Una valoración que responde solo a la mezquina idea de hacer fracasar al gobierno en el manejo de la pandemia, con el objetivo de mejorar su imagen y sus posibilidades de cara a las elecciones del próximo año. Para este sector, mantener la representación parlamentaria, resulta más importante que el efectivo control de la pandemia.

Dentro del PRO y la UCR la pandemia dividió las aguas. Los dirigentes que tienen responsabilidad de gestión en las Provincias, en CABA y en los Municipios tienen la imperiosa necesidad de mantener una cuarentena controlada para no saturar los sistemas de salud que ellos mismos administran. Del otro lado, están los dirigentes sin territorio que pregonan el levantamiento de la cuarentena y se fastidian con la relación cotidiana entre Horacio Rodríguez Larreta y Alberto Fernández. Ejercen una oposición irresponsable en la búsqueda desesperada para recuperar la centralidad  perdida en manos del coronavirus.  Alientan posiciones extremistas, organizan movilizaciones de sectores duros y utilizan los operadores mediáticos de siempre para atacar la cuarentena. Este sector de la oposición se encuentra completamente desorientado atacando la herramienta más eficaz que tenemos para enfrentar la pandemia.  Desconocen también que la cuarentena tiene un nivel de aprobación  en la sociedad del 65,9% y la desaprobación es de solo el 19,5%  según datos de la consultora Proyección.

Mientras Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta ejecutan una estrategia centrípeta para enfrentar la pandemia, el otro sector de la dirigencia del Pro lleva a cabo una lógica centrífuga, apostando a profundizar la polarización política. Si bien en la argentina no existe demasiado capital político hacia los extremos de la derecha y la izquierda, no deja de ser peligrosa la actitud de este sector de la dirigencia que  fortalece expresiones de extrema derecha y en nombre de la Libertad, llaman a la desobediencia social en una causa tan sensible como la pandemia.

El resto de la clase política debe estar sumamente atenta a estos movimientos y darle la importancia que se merece para evitar que amplifiquen su adhesión y pongan en peligro todo el sistema democrático. Esperemos que pasada la pandemia, la oposición recupere la responsabilidad y deje de apostar a la división de los argentinos.